Mayor ratio de conversión (2kg alimento – 1kg de masa de insecto) y mayor aprovechamiento de la producción cercana al 100%.
Utilidad responsable de los recursos naturales. Menor necesidad de agua y de suelo gracias a la posibilidad de cría en vertical.
Alimentación en base a subproductos vegetales de alta calidad. Economía circular.
Un modelo necesario para la autosuficiencia proteica.
Aprovechamiento de excrementos y mudas para obtención de productos derivados de alto valor (abono orgánico natural, quitina…). Economía circular.
Reducción de gases efecto invernadero en comparación con otros modelos de ganadería.